Con una carrera artística que se desarrolló a lo largo de siete décadas, Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983) fue un titán polímata del arte moderno que creó obras maestras en disciplinas creativas tan diferentes como la pintura, la escultura, los libros de arte, los tapices y la cerámica, y asimiló influencias artísticas tan variadas como fauvismo, surrealismo, dadaísmo, realismo mágico, cubismo y el arte abstracto.

A lo largo de su prodigiosa actividad creativa, Miró no dejó nunca de evolucionar, intentando burlar la categorización de su arte y la aprobación de los críticos de arte burgueses con el mismo ímpetu con el que buscaba sus propios mundos oníricos. Miró, quien saltó a la esfera pública a principios de la década de 1920, experimentó primero con el fauvismo y el cubismo antes de desarrollar su característico estilo de símbolos y pictogramas plasmado en misteriosas narrativas visuales en las que eran frecuentes las referencias a la vida catalana. A medida que su carrera progresó, Miró se inclinó hacia el surrealismo y, aunque nunca llegó a identificarse plenamente con este movimiento, se convirtió en uno de sus representantes más reconocidos con técnicas como el dibujo automático, la abstracción lírica y la pintura de campos cromáticos. En los últimos años diversificó sus materiales y trabajó con cerámica tejidos y fundición.

A través de sus colores vivos, sus fantasías oníricas y sus símbolos enigmáticos, este libro abarca las numerosas facetas de la obra caleidoscópica de Miró para presentar su fascinante carrera, su interacción con los principales movimientos modernos y la gestación de una leyenda de la modernidad.